23-12-2024

Los mitos de la Selectividad están por todas partes, ¿verdad? Desde rumores aterradores hasta verdades a medias, estas historias no hacen más que añadir presión a una prueba que ya de por sí genera nervios. Pero tranquilo, que estamos aquí para desmentir estos mitos de la EBAU y ayudarte a verlo todo con más claridad.

Si quieres llegar preparado y con confianza, lo primero es conocer la realidad detrás de estos mitos. Aquí te lo contamos todo para que afrontes la Selectividad con la mejor actitud. ¡Vamos allá!

8 mitos de la selectividad que seguro has escuchado

La Selectividad, o EBAU (como prefieras llamarla), es una prueba clave que todos los estudiantes de bachillerato tienen en mente durante el último curso. Son esos exámenes de Selectividad los que, de manera directa o indirecta, pueden condicionar tu entrada en la universidad. Y claro, con tanta presión, no es de extrañar que hayan surgido un montón de mitos y leyendas urbanas alrededor de estas pruebas. Pero no te preocupes, que aquí estamos para desmontarlos y contarte las verdades sobre la Selectividad de una vez por todas.

En este artículo vamos a repasar algunos de los mitos comunes sobre la Selectividad en España, desmontando falsas creencias y aclarando todas tus dudas. Desde el clásico “si no apruebas la Selectividad, tu vida académica se termina”, hasta el eterno debate de si la Selectividad es más fácil en unas comunidades que en otras. Queremos que llegues a los exámenes de Selectividad tranquilo y con las ideas claras.

Sí, es normal sentir nervios, pero los exámenes de acceso a la universidad no son ese monstruo gigante que muchos te han pintado. Como cualquier prueba importante, requieren preparación y esfuerzo, pero tampoco te juegas la vida en ello. En los siguientes apartados, vamos a aclarar los mitos y verdades sobre los exámenes de Selectividad para que no te dejes engañar por rumores.

1. Cuánto más escribas, más nota tendrás

Este es uno de los mitos de la Selectividad más extendidos, y puede que te lo hayas creído en algún momento. Pero, ojo, que esto no funciona así. No se trata de llenar folios y folios como si estuvieras escribiendo una novela. Los correctores buscan respuestas claras, bien estructuradas y, sobre todo, que respondan lo que te están pidiendo.

En los exámenes de Selectividad, más cantidad no significa más calidad. Es mejor que vayas al grano, argumentes tus ideas de forma lógica y utilices ejemplos relevantes.

Un truco: si el examen incluye preguntas de desarrollo, dedica unos minutos a planificar tu respuesta. Un esquema rápido puede ayudarte a organizar tus ideas y a no pasarte de rosca. Recuerda, los correctores tienen cientos de exámenes que leer, y valorarán que seas claro y conciso. La calidad siempre gana a la cantidad.

2. Si quieres sacar una nota alta, debes estar todo el día estudiando

Este mito es un clásico que se repite cada año. Parece que para sacar una buena nota en los exámenes de Selectividad tienes que vivir con la cabeza pegada a los libros las 24 horas, pero esto no es verdad. Lo importante no es la cantidad de horas que estudias, sino la calidad de ese estudio.

Si te organizas bien, estableces horarios realistas y aprovechas al máximo el tiempo que dedicas a cada asignatura, puedes conseguir excelentes resultados sin sacrificar tu salud mental. Además, es fundamental que descanses y desconectes de vez en cuando; el cerebro necesita pausas para procesar toda la información.

También puedes solicitar la ayuda de profesionales o academias que te apoyen en la preparación de la prueba. Por ejemplo, en Educalive te ofrecemos todas las facilidades que necesitas para prepararte de manera efectiva y amena.

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3. La Selectividad es mucho más fácil en unas comunidades que en otras

Este mito lleva años en boca de todos, pero la realidad es otra. Aunque los exámenes de Selectividad los prepara cada comunidad autónoma, todas tienen que seguir criterios comunes que garantizan la equidad.

Es verdad que puede haber pequeñas diferencias entre comunidades, pero estas no son significativas a la hora de aumentar o reducir la dificultad de la prueba. Además, a partir de 2025, la Selectividad va a introducir varios cambios, muchos de ellos destinados a reducir aún más estas diferencias y hacer el proceso más uniforme en toda España. Al final, lo que importa es cómo te prepares y manejes los nervios, no dónde hagas el examen.

4. Si no alcanzas la nota de corte, ya no podrás estudiar la carrera que quieras

Si tras la Selectividad no llegas a la nota de corte para la carrera que quieres, ¡no todo está perdido! Hay muchas alternativas que puedes considerar. Por ejemplo, puedes comprobar las notas en otras universidades o comunidades, donde quizá tengas más opciones. También es una buena idea apuntarte a la lista de espera, ya que suelen moverse bastante. Otra vía es acceder a través de un grado superior relacionado, que además te dará una formación extra.

Y si todo esto no te convence, las universidades privadas suelen ser otra opción, ya que no suelen tener notas de corte. Así que no te agobies, porque hay muchas formas de conseguir estudiar lo que realmente quieres.

5. Los correctores son muy estrictos

Este mito mete mucho miedo, pero no tiene ninguna base. Los correctores tienen criterios claros y objetivos para evaluar los exámenes de Selectividad, y no buscan «pillarte» ni perjudicarte. Su trabajo es valorar lo que haces bien, no castigarte por pequeños errores.

Si preparas tus respuestas con lógica y orden, y te ajustas a lo que pide la pregunta, no tendrás problemas. Así que no temas a los correctores: no son enemigos, sino profesionales que siguen unas normas de corrección bien definidas.

6. Los exámenes reales de Selectividad son más difíciles que los simulacros

Muchas personas creen que cada año la Selectividad aumenta de dificultad, y que cuando llega el examen real, este resulta ser mucho más complicado que los simulacros que hiciste para prepararte. Pero esto no es cierto. Los exámenes reales de Selectividad procuran mantener un nivel de dificultad muy similar cada año para garantizar la equidad.

La mayoría de los institutos y academias de preparación utilizan exámenes reales de años anteriores como base, así que ya sabes a qué atenerte. Además, en algunos casos, los simulacros son diseñados un poco más difíciles para que llegues mejor preparado al día de la prueba. Esto significa que, si te has enfrentado a varios simulacros, no deberías notar grandes diferencias el día del examen real.

7. Un mal examen te arruina la nota

Es normal preocuparse por un examen que no sale como esperabas, pero esto no significa que toda tu nota de acceso a la universidad esté arruinada. La Selectividad se compone de varias pruebas, y tu nota final es el resultado de la media ponderada de todas ellas. Si un examen no va bien, todavía puedes compensarlo con mejores resultados en los demás.

Además, recuerda que el Bachillerato también juega un papel muy importante, ya que representa el 40% de tu nota final de acceso a la universidad. Esto significa que el trabajo constante durante esos dos años tiene un gran peso, y no se basa únicamente en el rendimiento de un solo día.

La Selectividad es una prueba importante, sí, pero no debe convertirse en una fuente inagotable de estrés. Detrás de muchos de estos mitos sobre la Selectividad hay más miedo que verdad. Si algo queda claro, es que estar bien informado y preparado es la mejor forma de enfrentar estos exámenes.

Recuerda que esta prueba no define todo tu futuro ni mide todo lo que vales. Es un paso más en tu camino académico, y con esfuerzo, planificación y confianza en ti mismo, puedes superarla sin problemas. Así que no te dejes llevar por los rumores y enfócate en lo que realmente importa: tu preparación y tus metas. ¡Mucha suerte!

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