10-12-2019
¿Has intentado retomar tus estudios y tu motivación se ha ido desinflando poco a poco hasta no quedar ni rastro de ella? Esta situación es muy común, de hecho, es el principal motivo por el que nos cuesta conseguir las metas que nos marcamos. La motivación es fundamental para poder conseguir aquello que nos proponemos, por eso, hoy queremos darte algunos consejos sobre cómo mantener la motivación a la hora de estudiar.
Seguramente ya habrás comprobado que cuando te sientes motivado tienes la sensación de que eres capaz de todo, de que podrás conseguir cualquier objetivo que te propongas. Crees en ti mismo y tienes la certeza de que puedes lograrlo. Este estado de ánimo tiene un efecto muy positivo para cualquier estudiante: te motiva, te da fuerza para enfrentarte a los desafíos y, a largo plazo, será lo que te haga conseguir tus metas. ¿Qué crees que habría pasado con los hombres y mujeres que han conseguido grandes cosas y han hecho historia si no hubieran tenido una motivación a prueba de bombas?
Ha llegado el momento de trabajar tu motivación, porque eso te va a permitir llegar a donde te propongas. La motivación es el combustible que necesitas para seguir avanzando. ¿Quieres saber qué puedes hacer para mantener la motivación para estudiar? Entonces sigue leyendo.
¿Qué es la motivación?
Si nos vamos a la definición de la palabra motivación, la RAE nos dice que es el “conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Es decir, que la motivación no tiene un carácter general, no afecta a un grupo de personas o a la población de un lugar. La motivación es un estado personal, es algo propio e interno de cada individuo.
Hay días en los que te levantas y te quieres comer el mundo, sabes que eres capaz de realizar todo lo que te propongas. Otros, sin embargo, te parece que llevas una losa enorme sobre tus hombros, que no puedes con todo y que lo único que quieres es dejar todo y soltar lastre. La explicación a estos cambios en tu estado de ánimo es sencilla: algunos días tu nivel de autoconfianza está más alta que otros, lo cual tiene un efecto directo sobre tu motivación.
Pero entonces, ¿qué es lo que nos hace estar más o menos motivados? Pues existen diversas teorías al respecto, pero todas ellas tienen coinciden en algo: la motivación es algo personal y sus detonantes varían en cada individuo.
Mientras que para algunas personas su mayor motivación es el dinero, para otras, es conseguir el reconocimiento de los demás. A otras personas lo único que les mueve es el placer de adquirir más conocimientos, la autorrealización. En resumidas cuentas, la motivación depende en gran medida de las necesidades personales que tenga cada individuo, por lo que es muy subjetiva.
Una de las teorías más relevantes sobre la motivación es la jerarquía de las necesidades humanas, del psicólogo Abraham Maslow. En la pirámide de Maslow, este divide las necesidades humanas en cinco niveles, que engloban desde las necesidades más básicas, como dormir o respirar, hasta la necesidad de autorrealización del individuo.
Tan solo cuando la persona tenga cubiertas las necesidades de un nivel, empezará a sentirse motivado por cubrir las necesidades del siguiente nivel, es decir, nadie que no tenga cubierta las necesidades de supervivencia primarias pensará en sus necesidades de autorealización.
Por otra parte, otras teorías clasifican las fuentes de motivación entre extrínsecas (son externas y están basadas en premios y castigos) e intrínsecas (provienen del propio individuo, de su forma de ser y de sentirse).
Las extrínsecas son inestables, como lo es el entorno. Esos amigos que hoy son tan relevantes en tu vida, en unos años puede que dejen de serlo. Ese trabajo tan importante en este momento puede que no suponga nada dentro de un tiempo. En yuxtaposición a estas, están las motivaciones intrínsecas. Las motivaciones intrínsecas son bastante sólidas ya que vienen de tu yo profundo, de tus anhelos, de tus sueños. En estas motivaciones no importa lo que suceda a tu alrededor ya que lo único que tiene una influencia real a la hora de conseguir lo que deseas eres tú mismo. Tú te pones unas metas personales, unos objetivos de vida que quieres profundamente conseguir y este es, sin duda alguna, el mejor de los motivadores.
Pero también debes ser consciente de algo, ya que es muy importante. Habrá momentos puntuales, días enteros o situaciones concretas en las que se te hará muy difícil mantener la motivación. Esto es muy común y tiene una explicación sencilla. Nuestro estado anímico influye directamente en nuestro nivel de motivación. Tener un día malo en el trabajo o estar viviendo una situación personal complicada pueden hacer que tu estado de ánimo caiga en picado, y con él, tu motivación. Veamos cuáles son las razones más habituales que nos hacen perder la motivación.
Por qué es importante mantener la motivación
Ya has visto que es imposible vivir en un estado de motivación permanente. Es algo que fluctúa y para mantener esta motivación será determinante tener un buen estado anímico. Mantener la motivación alta requiere esfuerzo, mimo, autocrítica y constancia. Pero, sin duda, merece la pena este esfuerzo.
¿Por qué deberíamos luchar con nosotros mismos para mantenernos motivados? A continuación vamos a darte algunas razones para recordarte por qué es importante que mantengas tu motivación. Es un pequeño tesoro que no debes perder.
- Mantener la motivación será clave para conseguir cualquier cosa que te propongas.
Ya hemos comentado que la motivación es un factor clave a la hora de conseguir las metas que te propongas. La motivación va a ser el combustible que te va a permitir llegar a donde te ha propuesto, que te ayudará a madrugar, a seguir estudiando cuando el resto están descansando, a llegar donde hace un tiempo pensaste que nunca llegarías.
- En el mercado laboral actual debes mantenerte motivado constantemente.
Ya no existen esos trabajos estáticos que aseguraban un sueldo de por vida. Ahora deberás reciclarte constantemente y continuar formándote cada día, independientemente del puesto que ocupes. Ya no puedes dar nada por hecho, por eso, independientemente de tu formación, se te exigirá mejorar y especializarte cada vez más. Para hacerlo vas a necesitar estar motivado, pero ¿cómo hacerlo? Plantéatelo como un reto, como una necesidad personal. Esto te ayudará a mantener la motivación y querer superarte cada día.
- Tu autoestima mejorará gracias a tu motivación.
Y viceversa. La motivación nos hace movernos para cambiar, para intentar mejorar. Esto nos hace sentir bien y mejora la autoestima. Una autoestima alta nos hace sentirnos más capaces y nos mantiene motivados. Como ves, la autoestima y la motivación se retroalimentan entre sí y van siempre de la mano.
- Mantener la motivación te hará disfrutar del camino.
Uno de los motivos más poderosos por los que debes mantenerte motivado es la imagen que tienes de ti mismo. Saborear el esfuerzo, los tropezones que surgirán en el día a día, el cansancio… Aunque encuentres dificultades en tu camino, aunque te caigas…Mantener la motivación en estos pequeños retos será clave para valorarte, para tomar conciencia del esfuerzo y, todo esto será vital para ayudarte en tu crecimiento personal.
Razones por las que perdemos la motivación
Sabemos que para cumplir un sueño es muy necesario estar motivado. ¿Quieres saber cuáles son las razones más habituales por las que perdemos la motivación? Si conoces a los enemigos de tu motivación podrás combatirlos mucho mejor.
- No tener un propósito demasiado claro.
Es posible que sientas la necesidad de introducir un cambio en tu vida, de emprender una nueva aventura, pero, ¿tienes claro qué dirección quieres tomar? ¿Realmente te ilusiona y te llena el objetivo que te has marcado o no lo tienes demasiado claro? Cuando todavía no has encontrado un propósito que te ilusione tanto como para hacer sacrificios importantes por conseguirlo, el más mínimo obstáculo que encuentres en tu camino se convertirá en una montaña y echará por tierra tu motivación.
- No definir correctamente tus objetivos a medio plazo.
Cuando realmente no tienes claro qué objetivos a corto y medio plazo tienes que ir logrando para conseguir aquel propósito que te has marcado te resultará más difícil mantener la motivación a lo largo del tiempo. Si no tienes la referencia de esos pequeños hitos que vas consiguiendo y que refuerzan la idea de que vas por el buen camino correrás el riesgo sucumbir a la desmotivación.
- Falta de confianza en ti mismo.
Sin duda, la falta de confianza en uno mismo es una de las principales fuentes de desmotivación a la hora de conseguir cualquier cosa que te propongas. ¿Para qué esforzarte si no crees que lo puedas conseguir?
- Tu meta no va de la mano de tus valores.
A veces, ocurre que conforme vamos recorriendo el camino necesario para lograr llagar a tu meta empiezas sentir un extraño sentimiento contradictorio. Es posible que mantengas la ilusión por lograr aquello que te has propuesto, pero a la vez sientas que hay una fuerza interior que te arrastra en el sentido contrario. Es posible que esto se produzca porque tus sueños no están alineados con tus valores, y esta situación suele suponer otro de los motivos por los que solemos perder la motivación.
- Rodearte de personas negativas y que no te aporten nada bueno.
Es un hecho que estamos influenciados por nuestro entorno, y en parte, nosotros somos los que elegimos las personas que nos rodean. Si te rodeas de personas negativas, que siempre ven el vaso medio vacío y no creen que nada pueda cambiar o piensan que todo va a ir a peor, es posible que esas idean calen en ti. Estas personas van a ir minando, poco a poco, tu motivación por lo que haces, y terminarás pensando como ellos.
- No relativizar los obstáculos.
Pues sí, este es otro de los motivos por los que solemos perder la motivación. Si tienes la tendencia a magnificar los obstáculos que vas encontrando, cada vez tendrás la sensación de que no lo vas a conseguir, quizá porque es demasiado para ti o porque este no es el momento. Cualquier excusa será buena para tirar la toalla.
- La incertidumbre de saber si de verdad el esfuerzo merece la pena.
Cuando pones toda la carne en el asador, cuando te pasas tardes estudiando y has dejado de compartir buenos momentos con tus familiares y amigos, es entendible que empieces a pensar si realmente vale la pena todo lo que estás haciendo, más aun si el cumplir tu sueño no depende solo de ti, si no que hay factores externos que pueden dificultar llegar a donde te has propuesto. Es completamente normal, pero si dejes que ese pensamiento se vaya haciendo fuerte en tu mente, poco a poco, tu motivación se irá desvaneciendo.
Como ves hay diversas razones que pueden llevarte a perder la motivación, pero hay una que destaca claramente entre todas las demás: que lo estás haciendo no signifique demasiado para ti.
Sin duda, lo que más te ayudará a la hora de mantenerte motivado será tener clara la importancia que realmente tiene para ti lo que estás haciendo. Saber que quieres hacerlo por encima de cualquier cosa te dará la certeza de que, cuando lo consigas, estarás, por fin, cumpliendo tu sueño.
Consejos para mantener la motivación para estudiar
Llegados a este punto, en el que sabes lo importante que es para ti mantener tu motivación, que conoces cuáles son los principales enemigos de esta motivación contra los que tendrás que mantener una lucha diaria, sería interesante contar con algunos tips y consejos que te ayuden a mantener la motivación para estudiar, ¿verdad?
- Visualiza un objetivo que realmente te llene
Piensa en un objetivo que de verdad quieras conseguir y ve a por ello. Piensa en ti y en como sería tu vida al conseguirlo, sueña despierto. Aunque no lo creas, soñar despierto es una buena forma de mantenerte motivado. Ten en cuenta que este objetivo debe estar alineado con tus valores.
- Ponte pequeñas metas.
El objetivo que previamente te has marcado puede ser enorme, pero debes dividir ese objetivo en pequeñas metas. Estos pequeños hitos te ayudarán a percibir que vas por el buen camino y que estás consiguiendo, poco a poco, aquello que te propusiste. Estos objetivos intermedios te van a permitir mantener tu motivación y a seguir avanzando en la dirección correcta.
- Prepara tu plan de acción y ve a por él.
Vas a necesitar un plan de acción para conseguir tus objetivos. Planifica qué vas a tener que hacer para conseguir el objetivo principal y los objetivos intermedios que te has propuesto. Imagina que el plazo para lograr tu objetivo es de 5 años. Tendrás que planificar qué quieres conseguir el próximo año, el próximo trimestre y el próximo mes, y todo ello debe estar alineado con el objetivo que te has marcado a largo plazo.
Aunque al principio te cueste, aunque a veces no puedas llevar a cabo el plan tal y como lo habías previsto., no importa, sigue el plan. Sigue la ruta que te has marcado en el mapa y esto ayudará a tu motivación y evitará que te desvíes del propósito que quieres conseguir.
- Prémiate de vez en cuando.
Date pequeños caprichos cuando vayas consiguiendo pequeños objetivos. No hace falta que sea un viaje. Bastará con algo sencillo pero que tenga cierto valor para ti. Vale, no es lo ideal, pero ¿a quién le amarga un dulce?
- Quiérete un poquito más.
A veces nuestra autocrítica es tal que nos convertimos en nuestros peores enemigos. Olvídate de eso, encuentra tus puntos buenos y recuérdate que eres fuerte y especial. La motivación aumentará si pasas de ser tu peor enemigo a tu mejor amigo.
- Rodéate de gente que suma.
Intenta rodearte de personas que te estimulen, que hayan pasado por una situación similar a la tuya y que hayan logrado su objetivo. Estar con ellas, ver que es posible lograr los sueños, harán que aumente tu motivación para esforzarte.
- Da prioridad a lo que de verdad es importante.
¿Y qué pasa si no apruebas este examen? ¿Si la nota que has sacado no es la que esperabas? NADA. No permitas que un pequeño bache en el camino te haga perder la motivación y abandonar. Tómatelo como un reto personal para mejorar. Lo harás mejor la próxima vez.
En resumidas cuentas: conseguir estar motivado va de la mano de que tengas una buena imagen de ti mismo y un buen estado de ánimo. Las emociones son muy importantes a la hora de tener una buena motivación. Pero ¿qué pasa cuando nuestras emociones son negativas? Bueno, probablemente no podemos cambiarlas, pero sí luchar contra ellas. Lo que de verdad importa es saber identificarlas, tener claro que es un proceso largo y que habrá días buenos y malos y que no vamos a dejar que nos afecten más de la cuenta.
Recuerda que puedes hacerlo y que puedes ayudar a mantenerte motivado con una buena planificación, autoconocimiento, persistencia y, sobre todo, una gran dosis de amor por conseguir la meta que te has propuesto.
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